El Consejo de Seguridad de la ONU respaldó este viernes la hoja de ruta acordada por las potencias mundiales para poner fin a la guerra en Siria, con la aprobación de la primera resolución de este tipo desde que comenzó el conflicto en marzo del 2011.
El texto, adoptado por unanimidad, prevé la convocatoria “urgente” de negociaciones entre el Gobierno sirio y la oposición, a poder ser a “comienzos de enero”, y establece un plazo de seis meses para que las dos partes establezcan un Ejecutivo de transición y de 18 meses para la celebración de elecciones. Tan pronto como se “emprendan los primeros pasos hacia una transición política”, debe entrar en vigor un alto el fuego en todo el país, bajo los auspicios de la ONU y del que quedarán excluidos los grupos terroristas, según la resolución 2254.
“La resolución que acabamos de aprobar es un hito”, dijo el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, que presidió la reunión y que recordó que por primera vez tras cuatro años y medio de guerra la comunidad internacional “ha sido capaz de unirse sobre una salida” al conflicto.
Según Kerry, la aprobación del texto “envía una clara señal de que ha llegado el momento de parar la matanza en Siria y sentar las bases de un Gobierno que la población, que ha sufrido durante tanto tiempo, pueda apoyar”.
El otro gran artífice de la iniciativa, su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, consideró que el acuerdo de ayer y los alcanzados previamente en Viena son “una plataforma única para resolver el derramamiento de sangre siria”.
El otro gran artífice de la iniciativa, su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, consideró que el acuerdo de ayer y los alcanzados previamente en Viena son “una plataforma única para resolver el derramamiento de sangre siria”.
No se habla de Al Asad
A grandes rasgos, la resolución recoge los acuerdos ya cerrados en Viena el mes pasado, pero les da la legitimidad del Consejo de Seguridad y simboliza el creciente entendimiento de la comunidad internacional.
El texto, sin embargo, no menciona algunos de los puntos que siguen pendientes de resolverse, entre ellos qué grupos de la oposición participarán en las negociaciones y cuáles serán definidos como terroristas y quedarán excluidos.
Tampoco hace referencia al futuro del presidente sirio, Bashar al Asad, un asunto sobre el que sigue habiendo distintas posturas, según admitió Kerry, pues EE. UU. y Rusia no han logrado ponerse de acuerdo sobre el mandatario sirio, respaldado por Rusia y a quien Washington y sus aliados quieren ver fuera del poder para lograr la paz en el país.
Tampoco hace referencia al futuro del presidente sirio, Bashar al Asad, un asunto sobre el que sigue habiendo distintas posturas, según admitió Kerry, pues EE. UU. y Rusia no han logrado ponerse de acuerdo sobre el mandatario sirio, respaldado por Rusia y a quien Washington y sus aliados quieren ver fuera del poder para lograr la paz en el país.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, por ejemplo, dejó claro ayer que sigue convencido de que el mandatario Al Asad debe dejar el cargo para que cese la guerra civil en ese país.
Según dijo Obama, “Asad se va a tener que ir para que cese del derramamiento de sangre en el país y todas las partes continúen hacia adelante por un camino no sectario. Él perdió la legitimidad a los ojos de la mayoría del país”.
La paz en Siria “no puede llegar hasta que haya un Gobierno que sea reconocido como legítimo por la mayoría del país, y eso no va a pasar (con Bashar al Asad).
La paz en Siria “no puede llegar hasta que haya un Gobierno que sea reconocido como legítimo por la mayoría del país, y eso no va a pasar (con Bashar al Asad).
Esta es la discusión que tengo repetidamente con (Vladimir) Putin (el presidente ruso)”, añadió Barack Obama.
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